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Objetivos de Desarrollo Sostenible: el papel de la industria

1 de diciembre de 2020

El año 2020 llega a su fin y con él lo hacen los primeros 5 años del plazo acordado por los líderes mundiales de las Naciones Unidas para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esta agenda mundial pretende erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de un nuevo paradigma de desarrollo sostenible.

En este contexto, la industria juega un papel fundamental. El Objetivo 9 aborda concretamente la industria, innovación e infraestructura. Tenemos 10 años, hasta el 2030, para dar un vuelco radical a nuestro sistema y, aunque en estos 5 primeros años se ha progresado mucho, estamos aún lejos de conseguir las metas marcadas, sobre todo tras el impacto del Covid-19, que ha afectado enormemente a las industrias manufactureras y está provocando alteraciones en las cadenas de valor y suministro a nivel mundial. De hecho, se hablaba del objetivo 20% para el 2020, que implicaría que la industria representase un 20% de nuestro PIB, pero esto no se ha logrado en España ni en muchos otros países.

¿Por qué es importante el ODS 9?

La industrialización inclusiva y sostenible, así como la inversión en infraestructura y la innovación, son motores fundamentales del crecimiento y el desarrollo económico. Se ha demostrado que las regiones que cuentan con mayor industria han resistido mejor, por ejemplo, al envite de la crisis del Covid-19, y gozan por lo general de mayor estabilidad y mejor empleo. Además, con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades, el transporte, la energía y las telecomunicaciones adquieren cada vez un papel más estratégico.

Lo estamos viviendo en el momento actual, donde el avance tecnológico está siendo fundamental para encontrar una vacuna y producirla a nivel masivo en tiempo récord, pero es algo que está presente en un modelo económico que camina cada vez más hacia la colaboración y la innovación, unidas al reto de la sostenibilidad para no dejar a nadie atrás.

El reto en cifras

Mientras en los países más desarrollados miramos a los ojos al futuro de la tecnología con la inteligencia artificial, el 5G o las nuevas energías, lo cierto es que en muchos países en desarrollo existe una falta de infraestructuras básicas como carreteras, tecnologías de la información y las comunicaciones, saneamiento, energía eléctrica o agua, que lastran el acceso a los mercados, puestos de trabajo, información y educación.

  • 2.300 millones de personas en el mundo carecen de acceso a saneamiento básico y casi 800 millones de personas carecen de acceso a agua potable.
  • 2.600 millones de personas en países en desarrollo no tienen acceso permanente a electricidad.
  • Más de 4.000 millones de personas aún no tienen acceso a Internet; 90% de ellos están en el mundo en desarrollo.
  • Las energías renovables emplean actualmente a más de 2,3 millones de personas; número que podría llegar a 20 millones en 2030.
  • En algunos países africanos de bajos ingresos, las limitaciones de infraestructura reducen la productividad de las empresas en alrededor del 40%.
  • A nivel mundial, la inversión en investigación y desarrollo (I+D), como porcentaje del PIB, aumentó de un 1,5 % en el 2000 a un 1,7 % en el 2015, y continuó casi en el mismo nivel en el 2017. Sin embargo, en las regiones en desarrollo fue inferior al 1 %.
  • Las disparidades en la productividad industrial entre las naciones ricas y pobres siguen siendo grandes. En el año 2018 el valor agregado por manufactura (VAM) per cápita en los países menos adelantados fue de sólo 114 dólares, en comparación con 4.938 dólares en Europa y América del Norte.

Metas a conseguir

  • Infraestructuras fiables, sostenibles, resilientes y de calidad: incluidas infraestructuras regionales y transfronterizas, para apoyar el desarrollo económico y el bienestar humano, con especial hincapié en el acceso equitativo y asequible para todos.
  • Industrialización inclusiva y sostenible: a más tardar en 2030, aumentar de manera significativa la contribución de la industria al empleo y al producto interno bruto, de acuerdo con las circunstancias nacionales, y duplicar esa contribución en los países menos adelantados.
  • Acceso de las pymes industriales: en particular en los países en desarrollo, a los servicios financieros, incluido el acceso a créditos asequibles, y su integración en las cadenas de valor y los mercados.
  • Modernizar la infraestructura: ajustar las industrias para que sean sostenibles, usando los recursos con mayor eficacia y promoviendo la adopción de tecnologías y procesos industriales limpios y ambientalmente racionales, y logrando que todos los países adopten medidas de acuerdo con sus capacidades respectivas.
  • Aumentar la investigación científica y mejorar la capacidad tecnológica: en particular los países en desarrollo, entre otras cosas fomentando la innovación y aumentando sustancialmente el número de personas que trabajan en el campo de la investigación y el desarrollo por cada millón de personas, así como aumentando los gastos en investigación y desarrollo de los sectores público y privado para 2030.
  • Facilitar el desarrollo de infraestructuras sostenibles y resilientes en los países en desarrollo: con un mayor apoyo financiero, tecnológico y técnico a los países de África, los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo.
  • Tecnologías, investigación e innovación: en los países en desarrollo, en particular garantizando un entorno normativo propicio a la diversificación industrial y la adición de valor a los productos básicos, entre otras cosas.
  • Acceso a la tecnología de la información y las comunicaciones: esforzarse por facilitar el acceso universal y asequible a Internet en los países menos adelantados.

¿Qué puedes hacer desde tu empresa?

  • Cultura empresarial de innovación: transforma tus productos, instalaciones, servicios, procesos productivos y gestión interna con criterios de sostenibilidad.
  • Instalaciones y fábricas sostenibles, resilientes y de calidad: invierte en estas infraestructuras estratégicas a través de toda la cadena de suministro para asegurar el bienestar de los empleados y proveedores, especialmente de las personas con discapacidad y otros grupos vulnerables.
  • Acceso TIC: a todos los empleados y fomentar su uso a través de la cadena de suministro, para asegurar una comunicación fluida en toda la cadena de valor y prevenir situaciones de rotura de stock y falta de suministros en situaciones críticas como la vivida durante la crisis del covid-19.
  • Combustibles renovables alternativos al fósil: fomenta su uso en las actividades y operaciones de tu empresa, adoptando procesos industriales ambientalmente racionales.
  • Economía baja en carbono: reduce las emisiones de COy la contaminación y promueve la eficiencia energética y la economía circular basada en la reutilización de materiales.
  • Apoyo a la pyme: fomenta las relaciones comerciales con las pequeñas y medianas empresas a través de la cadena de valor para impulsar la industrialización de todos.
  • Tecnologías eficientes y sostenibles: el big data, la inteligencia artificial o el internet de las cosas pueden ayudarnos a potenciar la sostenibilidad.
  • Infraestructuras y materiales sostenibles: sobre todo en las empresas de construcción o actividades con mucha huella ambiental, apostar por la innovación en este campo.
  • Invertir en I+D+i: para fomentar el desarrollo tecnológico y la innovación.
  • Expansión a países en desarrollo: priorizando la sostenibilidad a nivel económico, social y ambiental, fomentando la industrialización sostenible de todas las regiones.
  • Skills: fomenta la capacitación de los trabajadores, comparte tus conocimientos a través de formación técnica en universidades y workshops, acoge becas y estudiantes de doctorado que busquen fomentar la investigación e innovación.
  • Alianzas público-privadas: alíate con ONGs, universidades, sector público y otras empresas para realizar proyectos sociales y económicos de RSC que contribuyan a generar un tejido industrial sostenible en tu región y en países en desarrollo.

¿Cómo medir tu contribución?

Hay algunos indicadores que te pueden ayudar a evaluar el progreso de tu empresa en lo referente a los ODS:

  • Gastos totales e inversiones destinados a la protección medioambiental.
  • Desarrollo e impacto de las inversiones en infraestructuras y servicios.
  • Número, tipo e impacto del patrimonio tecnológico.
  • Valor económico directo generado y distribuido.