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Incertidumbres actuales para la industria

27 de octubre de 2022

  • El incremento de los precios industriales por el encarecimiento energético, parones en las fábricas por la falta de microchips, una inflación que comienza a generalizarse y unos tipos de interés que no dejan de subir están presionando la economía global. ¿Cómo hemos llegado a esta situación y qué puede hacer la industria para afrontarla?
  • Estados Unidos ha sido de las primeras en anunciar un período de recesión técnico con dos descensos del PIB consecutivos. Por la parte europea, la peor situada es Alemania, encaminada a una recesión por el debilitamiento de un sector industrial que es elemento estratégico dentro de su PIB. Más allá de si habrá recesión global o no.

 El gas como elemento clave

El consumo de gas ha comenzado a descender vertiginosamente, forzado por la situación actual con Rusia y los esfuerzos por reducir nuestra dependencia. España cifra la caída en un 34%, Francia registra descensos del 12,1%, en Italia del 9,9% y en Reino Unido del 9,6% en los meses de julio y agosto con respecto al mismo periodo del año anterior. La duda es qué pasará ahora en invierno, cuando existe una mayor presión sobre el suministro de gas. Y es que ya hay industrias que se están viendo forzadas a parar producción temporalmente en algunos de sus centros productivos por no poder asumir los sobrecostes energéticos.

El mercado mayorista de gas, utilizado principalmente para la industria, se ha encarecido un 1.000% desde mediados del año pasado. El gas en el mercado de referencia en Europa, TTF, ha pasado de 20 euros por MWh a superar los 300 euros por MWh este verano. Ahora mismo ronda los 114 euros por MWh. La situación se descontroló tras el estallido de la guerra de Rusia en Ucrania y se intensificó después de que Rusia dejara de enviar gas a Europa en agosto, seguido por las recientes fugas del Nord Stream.

Algunos costes comienzan a bajar

La inflación y la constante subida de precios parece dar una pequeña tregua, según los últimos datos del INE, los precios de la producción industrial subieron un 35,6% interanual en septiembre, por debajo del aumento del 42,9% interanual en el mes de agosto.

Además, ciertos materiales industriales comienzan a dejar atrás el incremento de precios vivido en los últimos meses. Los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) de julio reflejan un descenso de precios en el aluminio, el zinc o el níquel, cuyos índices han disminuido respecto al mes anterior en un 6,5%, un 15% y un 17%, respectivamente.

También están cayendo los precios de la mayoría de las materias primas industriales, acompañadas de un descenso en el coste de los contenedores que transportan las embarcaciones comerciales. Según el índice mundial de contenedores, el valor de transportar un contenedor de 12 metros se ha reducido un 35%, causado por la reactivación del trabajo total de los principales astilleros del mundo, que antes se veían sometidos a cuellos de botellas con la reactivación industrial postpandemia.

Futuro del sector industrial

La dependencia en sectores estratégicos clave como el de los semiconductores, el energético y ciertos materiales fundamentales para la industria hace de la recuperación un quiero y no puedo. Países como Alemania, Italia o Francia cifran su crecimiento en el año 2023 en menos de un 0,5%, por el debilitamiento de su sector exportador debido a la reducción de la demanda global, y por el aumento de los tipos de interés. En aspectos comunes a todos los miembros de la zona euro, la economía estará afectada por esa misma demanda reducida y por la crisis energética.

Con una actividad industrial muy restringida en España se afronta el año 2023 con incertidumbre. Los expertos cifran el crecimiento en un 0,1%, un porcentaje que bastaría para esquivar la recesión, al menos por el momento.

Poniendo el foco en el corto y medio plazo, las previsiones para el sector industrial son inciertas. La inestabilidad que impera en el mercado está provocando la congelación de inversiones, y comienza a frenar parte de actividades complementarias para afrontar un invierno con la energía como principal escollo para la recuperación. Probablemente solo una regulación real del mercado energético a nivel europeo, con una apuesta decidida por las renovables, y apoyos públicos puntuales contribuya a prevenir el temido riesgo de recesión.