Entrevista realizada a Alberto Lavandeira, CEO de Atalaya Mining, en la Revista Global Industry
En la fabricación de coches eléctricos se necesita cuatro veces más cobre que para los vehículos de combustión. ¿España puede cubrir la demanda?
Efectivamente, el fuerte crecimiento del coche eléctrico a nivel global requerirá mucho más cobre, que se unirá a la gran demanda de las redes de distribución eléctrica, así como a la de la generación solar y eólica. Esta presión de la demanda se tendrá que equilibrar con una mayor oferta desde el sector minero, que requiere tiempo y grandes inversiones que a menudo sólo están al alcance de grandes corporaciones.
En España se produce cobre solamente en Andalucía y existen reservas con un muy buen futuro en Galicia. Contrariamente a otros proyectos localizados en lugares remotos, o con riesgo político o técnico, en España estamos perfectamente preparados para afrontar el incremento de demanda que se avecina.
Reducir la dependencia exterior de materias primas para nuestras industrias es estratégico para la Unión Europea. Los países miembros, como España, están implementando políticas y apoyos para fomentar la producción de todo tipo de metales autóctonos que garanticen un suministro adecuado. Para ello la voluntad política es esencial.
Uno de los retos de la transición a la movilidad eléctrica son las baterías. ¿Cómo afronta la industria este nuevo escenario?
El consumo anual de metales seguirá creciendo durante muchos años porque así lo hace una población mundial cada vez más urbanizada que requiere infraestructuras y servicios que necesitan más metales.
Estamos viviendo una revolución tecnológica, quizá la más importante de nuestra historia, y las baterías están en el centro de todo: se prevén incrementos de demanda de 2.100% para el litio o 400% el cobalto.
Los retos de la descarbonización para neutralizar la crisis climática van a requerir unas inversiones sin precedentes. Para todo ello, hacen falta muchas materias primas. A nivel mundial, la industria minera ya está afrontando las inversiones necesarias para ese escenario. Y en España tenemos recursos, incluyendo litio y cobalto para las baterías, entre otros muchos metales. Concretamente, Andalucía es un caso de éxito, con operaciones minero-industriales punteras a nivel mundial, que generan riqueza y empleo duradero de calidad en la España vaciada.
El 70% de la industria europea depende de los minerales. Como ingeniero con más de 40 años de experiencia en el sector, ¿cuál será el papel de las tierras raras en nuestro futuro tecnológico?
La demanda de tierras raras, así como de otros metales críticos, va a seguir aumentando por el crecimiento de la electrónica, de la movilidad eléctrica, de las energías renovables y de la tecnología de defensa. Nuestra industria depende de importaciones, ya que la mayoría de la producción y de la transformación está en China y otros países. Esto implica inseguridad potencial de suministro que recientemente ha generado incluso interrupciones en el abastecimiento.
Hay oportunidades para desarrollar la producción y el reciclaje de tierras raras en Europa. España tiene yacimientos de tierras raras y Galicia es una de las zonas con mayor potencial, aunque es necesario profundizar en la investigación de los recursos.
La reciente Ley de Materias Primas Críticas europea nos marca este camino: exploración y aprovechamiento mineral en la UE. Otros países ya se han puesto en marcha en la búsqueda activa de alternativas y la UE no debería quedarse atrás. La investigación y desarrollo de tecnologías es fundamental para reducir la dependencia o para ser más eficientes. Se desarrollan tecnologías de reciclaje para recuperar tierras raras de dispositivos electrónicos y otros productos, contribuyendo a satisfacer la demanda y fortaleciendo la autonomía del sector tecnológico.
Atalaya Mining es operadora de la mina de cobre de Riotinto ¿cómo es la minería del siglo XXI?
La industria minera del siglo XXI, también en España, es digitalización, es tecnología y es seguridad. Toda la industria hoy día es sinónimo de garantías, calidad, sostenibilidad y responsabilidad social; y la minería moderna no es una excepción. La sostenibilidad y el compromiso con el entorno está en el ADN de las compañías, incluyendo las mineras, buscando una excelencia que habitualmente supera la estricta legislación regional, española y europea. En la elaboración y tramitación administrativa de un proyecto minero, su construcción, operación y clausura, intervienen cientos de profesionales expertos que ponen todo su buen hacer, criterio y ética profesional en lo que hacen. Y siempre dentro en un marco normativo estricto y garantista, con procesos de aprobación transparentes y participativos. Y ya con la mina en marcha, los controles de seguridad y ambientales son constantes e implican a muchas partes; y las actuaciones, incluyendo la restauración, están garantizadas. El resultado es que los minerales que usamos se extraen de manera segura, garantizando la sostenibilidad y con un uso eficiente de recursos.
La minería moderna compatibiliza su actividad con el resto de las actividades productivas, y acaba reintegrando los terrenos para su futuro uso alternativo, sea industrial, agrícola, forestal o de paisaje natural.
Cobre San Rafael desarrolla un proyecto para reactivar la producción de cobre en Touro basado en la minería de transferencia, ¿en qué consiste?
La minería de transferencia restaura el terreno en paralelo al aprovechamiento: las excavaciones que se van abriendo para extraer el mineral valioso se rellenan con los materiales sobrantes, restableciendo así el terreno, que queda disponible para usos alternativos al minero.
Este método tiene consideración de “Mejor Técnica Disponible”, porque minimiza la superficie afectada, limita la construcción de escombreras y disminuye el impacto visual sobre el paisaje. A nivel internacional encontramos ejemplos excelentes en Suecia, Finlandia, Canadá, Estados Unidos y Australia, y por supuesto en España, incluyendo excelentes casos en Galicia.